miércoles, 27 de abril de 2011

Fantastic Four 570-578, de Jonathan Hickman

Jonathan Hickman es un tipo al que no le puedes dar un año para contar algo. Me le imagino firmando su participación en varias series diciendo, "oigan, yo tengo un plan, una historia que quiero contar, así que yo me hago cargo, pero tienen que tener paciencia". Es como un entrenador de fútbol en el UK, que necesita tiempo para construir un proyecto y al que hay que dejarle aunque los resultados no siempre sean los esperados.

Eso sí, en mi opinión, se ha hablado mucho del ritmo lento y de las historias de presentación e introducción de conceptos (en los números que nos ocupan, que se recogieron en dos tomos, es donde más se comentó, quizá), pero poco más, cuando la verdad es que admiro el trabajo del autor con la primera familia. Primero porque trabaja al grupo como familia. Segundo porque lo trabaja como arqueólogos de lo desconocido. Tercero porque introduce vueltas de tuerca muy interesantes a elementos básicos y clásicos de la historia de la colección. Y, cuatro (cómo no), porque realmente cuando lees las historias que te cuenta, sabes que están yendo a algún sitio, te lo transmiten de verdad, no sólo es una esperanza, sino que sientes que se están poniendo las bases para conflictos posteriores.

La historia está llena de detalles que serán más importantes según avance la serie, de una buena caracterización y uso de los personajes... y de conceptos geniales muy bien usados. Algunos, quizá, al principio piensen que se desaprovechan, pero la verdad es que no lo veo así, veo que los que aún no se desarrollan, lo harán. Acción sigue habiendo, menos que exposición sí, pero personalmente no me he aburrido nada con los cómics. La pega que tienen es que leerlos grapa a grapa es doloroso y es mucho mejor leerlos tomo a tomo, porque así es como tienes la sensación, por arcos e historias, de que hay algo cociéndose. Mes a mes, hay cosas que se pueden pasar o sensaciones que se enfrían. Así pues, os aconsejo el consumo de esta serie encarecidamente, pero mejor en tomos.


El dibujo es, en casi todos los números, de Dale Eaglesham, un autor que personalmente me gusta (y ya sabéis que, a parte, la coherencia gráfica me pone :P), pero que en muchas ocasiones no parece el perfecto para la serie. Neil Edwards es el dibujante de reserva, que hace en estos tomos 2 números y es peor dibujante, menos sólido en general, menos atractivo (sin duda, en comparación Eaglesham me parece mucho más bonito), pero al final es un dibujante capaz que no estorba nunca. No puedo sino soñar cómo hubiera sido esta etapa dibujada por el maestro Alan Davis, que se encarga de las portadas, por cierto. Aún así, es un dibujo sólido y que hace buenos trabajos en el diseño pero que, sobre todo, nunca es un problema para disfrutar de la serie. Más adelante entró Steve Epting, a quien tampoco veía en la serie, pero que también hizo un buen trabajo. Solidez y constancia gráfica sobre todo, con buenos narradores y planificadores de la viñeta, quizá en favor de la brillantez y la maravilla, pero nada de lo que quejarse en serio.

Quizá algunos no estén disfrutando de la etapa. No sé si esos son muy fans del grupo o muy poco, pero personalmente me parece una etapa muy interesante y que, con el tiempo, se va a ver con algo más de perspectiva y, probablemente, a apreciar como se merece por el trabajo y buen hacer que contiene.

martes, 26 de abril de 2011

New X-Men 114-154, de Grant Morrison

Morrison decía que escribe para adolescentes inteligentes, porque así se siente, y que muchos guionistas se han olvidado de que los lectores son inteligentes. Yo esa actitud es algo que siempre aplaudiré, aunque lo que se oye y lee después de su etapas, no siempre demuestra que los que leen cómics, o por lo menos los que dejamos nuestra opinión patente, sean inteligentes. Mucha gente quedó bastante confundida después de la etapa que Morrison trabajó en la franquicia mutante (40 números y un especial) cuando sinceramente, no hay mucho que no quede perfectamente explicado, sino a lo largo de la etapa, por lo menos en la saga final (Here Comes Tomorrow). Pero hasta en los correos americanos publicados en el último número de la etapa se tuvieron que explicar cosas... muy explícitamente, lo cual es triste. Pero, siempre he pensado en darle una excusa a la gente que leyó New X-Men y no entendió prácticamente nada: en parte era lectores que eran "casual", puede que incluso no leyeran todos los números, algo que es bastante recomendable, y en parte porque la gente estaba acostumbrada a no leer mucho más allá en los cómics de mutantes, a no llevarse ideas entre sagas y menos mantener conceptos a lo largo de 40 números. Ni en la etapa de Claremont (más larga que un día sin pan y, para muchos, quizá el paradigma, el modelo de lo que tenían que ser los mutantes), donde si reintroducían conceptos o se arrastraban cosas, todo quedaba muy bien explicado y expuesto: en la etapa de Morrison se opta en muchos casos por lo implícito en vez de por lo explícito. Pero vamos, que al final todo queda muy claro, y por eso muchas de las críticas que se hacen a la etapa, son porque no se ha entendido o no se han fijado en algún detalle (si queréis una buena explicación sobre todo lo que pasa, no muy larga, bien clara y argumentada, os recomiendo este artículo tan interesante).


Ahora, dicho eso, hay una cosa más que dicen de Morrison que me encanta. Dicen que es pretencioso. Bien, eso quiere decir que pretende ser más de lo que es, que pretende pasar por muy elegante o lujoso... Lo que yo creo que es que la gente confunde las cosas. Entiendo porqué lo dicen, pero están equivocados: Morrison lo que pretende es hacer algo nuevo con los elementos clásicos, decir algo sobre él mismo, hablar sobre alguna cosa que le interese y contar una historia que se pueda leer de principio a fin y tenga sentido y coherencia. Ahora, eso es pretender algo, lo que pasa es que la mayoría de autores muchas veces no pretenden nada, casi ni contar una historia, y personalmente si me gusta el trabajo de Grant es porque habitualmente consigue contar algo y en sus largas etapas trabajar con todo lo que hace una franquicia interesante y darle algunas vueltas de tuerca. Además, es posible que lo digan por algunos de sus diálogos pero, en serio, en el caso que nos ocupa está muy bien ejemplificado, escribe a los personajes muy bien. Ahora, ¿escribe a personas reales? Si hacéis esa pregunta, igual os estáis equivocando de medio, de género y, definitivamente, de autor, porque no se trata de eso, por lo menos cuando escribe superhéroes y cosas de ciencia ficción.

Ahora, después de semejante introducción o, bueno, alegato (los que me conocen ya saben que me gusta mucho Morrison y cada vez, cuanto más le conozco, más), paso a comentaros brevemente, la etapa, sin spoilers, sin recapitulación... sólo algo general [si no habéis leído la etapa, y aunque diría que ahora mismo los mutantes están bastante mejor de lo que esperaba en general, os recomiendo que la leáis, porque es bastante atemporal... y si no queréis comprarla, aquí la tenéis completa en un archivo de descarga].


Todo empieza con "E is for Extinction" (114-116) y eso es empezar fuerte, amigos, con un arco de tres números estupendo y genialmente dibujado por Frank Quitely que, si hubiera sido el dibujante de los 40 números, habría dejado una serie imposible de olvidar y obligada (pero todos sabemos que es un tipo lento dibujando, por desgracia) para todos... Y es que el dibujo es una de las pegas más grandes de la etapa. Eso sí, con matices. Frank Quitely, Leinil Francis Yu, Ethan Van Sciver, John Paul Leon, Phil Jimenez y Keron Grant hacen un buen trabajo (el último sólo dibuja un número y, no será nada especial, pero hubiera quedado muy bien de dibujante suplente) o un trabajo genial incluso, cada uno en su estilo, y normalmente en historias que les pegan relativamente bien. El problema es que, aunque sean 40 números, son demasiados autores para mi gusto pero, sobre todo, distribuidos demasiado aleatoriamente, cuando hubiera estado muy bien que con 2 dibujantes buenos y uno genial, todo se hubiera resuelto. Y no he nombrado a todos los dibujantes... Me faltan 3 aún: Chris Bachalo y Marc Silvestri hacen lo suyo, es decir, un dibujo que o te gusta o no. Personalmente no soy fan. El primero es un dibujante con tendencia a las deformidades pero, sobre todo, con un problema de narrativa confusa que, en muchos casos, da problemas para seguir la acción. Dicho esto, tiene cosas buenas y fans que lo defienden a capa y espada por alguna razón. El segundo es un dibujante de la era Image, un dinosaurio de la escuela de Jim Lee, con tendencia a las posturas, las rayitas infinitas e innecesarias, una narración no muy inspirada aunque suficientemente clara en general... pero también con sus puntos fuertes. Y, dicho esto, que no soy fan de ninguno de los dos en especial, si hay un protagonista involuntario en esta etapa de Morrison, es Igor Kordey, que por desgracia nos regaló en esta época con algunas de las peores páginas de la historia mutante... y lo peor es que de su carrera. Puede que estuviera ocupado con su hija recién nacida, puede que le mandaran dibujar de un día para otro... no me importa un pimiento: un trabajo tan lamentable no puede consentirse en una editorial seria, por lo que lo que tendrían que haber hecho en Marvel es coger a otro dibujante y ya. No me digan que no había más dibujantes en ese momento disponibles... Y es que, cualquier dibujante hubiera hecho un trabajo mejor (hasta los dos anteriores citados, pero creo que se tomó la decisión adecuada de confinarlos a una saga concreta a cada uno que les pegaba más o menos bien). Lo peor, bueno, todo es relativo, es que el Kordey no es tan mal dibujante, como demostró después en X-Treme X-Men, donde exhibió un trabajo de los números 25 al 46 que recuerdo a años luz de lo que había visto en New X-Men, no siempre precioso, pero mucho mejor acabado, bien narrado (aunque éste casi nunca fue el problema en la etapa de Morrison) y más que correcto. Sus números en la etapa (119–120, 124–125 y 128–130... ¡Sólo 7 números de 40! ¡Imaginad lo malos que son para que le dé tanta cuerda!), deberían ser redibujados por otro autor para una edición definitiva... o por él mismo, como castigo por joder números que tenían que ser la pera limonera, especialmente los de "Imperial" (118-126).

Puede parecer poco importante hablar tanto del dibujo, ya que el guión es tan bueno en mi opinión, pero esto es cómic, es tanto de historia como de las imágenes que se usan para ilustrarla, y es una pena que haya momentos en que lo ilustrado estén tan mal ilustrado. Es algo puntual, la verdad, pero es muy llamativo. De todos modos, y eso es algo que siempre comento, lo que más valoro gráficamente en un cómic es la cohesión y la coherencia estilísticas, por lo que, aunque Kordey hubiera estado inspirado, aún me hubiera quejado del baile de dibujantes... aunque menos amargado.


Al final, Morrison cuenta una historia en la que repasa grandes elementos de la serie (triángulos amorosos, el proyecto Arma X, Magneto, Genhosa, el rechazo a los mutantes, los centinelas, la escuela de jóvenes prodigios, los Shi'ar, fénix...) e introduce un montón de conceptos y personajes nuevos (U-Men, Sublime, Xorn, Fantomex, Cassandra Nova, Quentin Quire...) que le dan una vuelta de tuerca a la franquicia de un modo que hace avanzar todo al final, algo contra lo que los editores muchas veces ha luchado. Y, por supuesto, fueron estos editores los que jodieron completamente algunas de las ideas chulas de Morrison y, de hecho, demostraron que no habían entendido nada o pasan de todo (un poco de ambas, probablemente), cuando pidieron a Austen (ese bendito botarate) que recuperar a Xorn porque les gustaba... lamentable. Personalmente, reconozco que cuando leí la etapa, entre 2002 y 2005, aproximadamente, con algunos años menos y leyendo mes a mes, me faltó la lectura que he hecho este fin de semana, una lectura de principio a fin del tirón, lectura con la cual, no sólo gana la obra, sino que se ven muchos más detalles y cosas que se nos podían haber escapado. Lo que es seguro, creedme, no soy más listo que nadie, pero tampoco un idiota, es que al final todo se entiende y está bastante claro. Por favor, echadle un ojo a esta etapa, pasad por encima los defectos gráficos puntuales o incluso de concepto, y disfrutad de esta etapa que de verdad optó por echar un par de huevos y cambiar y agitar un poco las cosas.