jueves, 19 de mayo de 2011

Hawkeye & Mockingbird: Ghosts, de Jim McCann

Probablemente no se pueda llegar a disfrutar por completo... no, corrijo. No se puede disfrutar por completo este tomo si uno no tiene un cierto bagaje sobre el universo Marvel y la historia de los personajes protagonistas, Hawkeye (Ojo de Halcón) y Mockingbird (Pájaro Burlón). Sin embargo, al final, McCann escribe un cómic de superhéroes de esos que no son especialmente "súper", de misterios, espías, terrorismo y venganzas, que bien vale una lectura para cualquiera que sea aficionado al universo Marvel, y más si encuentra que estos personajes le resulta atractivos.

En este tomo, nos encontramos con aventuras de acción, personajes bien caracterizados, buenos diálogos, alguna sorpresa, un vistazo a la raíz, origen y pasado de los personajes (yo diría que especialmente en el caso de la protagonista femenina, Barbara Morse) pero, sobre todo, la sensación de que estamos leyendo una serie entretenida, que se lee muy bien, que es interesante, atractiva y bien hecha. Ojala pudieran decir eso muchas colecciones de teórica primera línea.

Al dibujo del tomo está el español David López que, en mi opinión, debería ser uno de los dibujantes estrella de alguna de las dos grandes compañías. Precioso trazo, buena narración y composición, espectacular... personalmente no me atrevería a ponerle ningún pero a su dibujo y, es más, creo que debería servir de ejemplo: ésta es la clase de dibujo con la que uno disfruta leyendo cómics de superhéroes, ésta es la clase de dibujo que se tendría que imponer en las colecciones. Ni dibujantes reminiscentes de lo peor de los 90, ni dibujantes que van con la foto todo el día en mano y no saben dibujar otra cosa que maniquís, ni dibujantes mediocres que no saben ni por dónde les da el aire, ni dibujantes interesantes pero totalmente fuera de contexto... esto es lo que debe hacer un dibujante de esta clase de cómics. Por ponerle un pero, que en el fondo nadie es perfecto, no siempre anda muy fino con los fondos, así que muchas veces pasa. Y digo esto después de haberme puesto a pensar de verdad, porque no es algo que moleste en ningún momento o resulte insultante.

En definitiva, yo personalmente os recomiendo este tomo. Primero a los fans de los personajes conocedores de sus pasados y después casi a cualquiera cómo se hace un buen cómic de este tipo sin demasiadas pretensiones pero con todo el buen hacer del mundo.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Spider-Man: Big Time, de Dan Slott

Creo que Dan Slott es, actualmente, la mejor elección de lejos para escribir The Amazing Spider-Man, él es EL AUTOR. Él entiende de qué se supone que tiene que ir la serie, cuál debe ser su tono y, encima, se las arregla para encajar al personaje en su continuidad, por muy difícil que se lo pongan los demás guionistas y editores, al mismo tiempo que se inventa eventos de lo más originales y divertidos, tramas interesantes, personajes secundarios geniales (y, sobre todo, muy bien caracterizados), mantiene perfectamente claro qué es lo que quiere hacer con el personaje a largo plazo, maneja los elementos del pasado del personaje y mira hacia delante sin miedo. ¿Puedo decir algo más del autor y de la colección para que os la compréis? Lo dudo. Sé que hay mucha gente que abandonó al bueno de Spidey porque las historias que se hacían con él no eran demasiado interesantes, apestaban o realmente no tenían nada que ver con el personaje. Muchos de ellos se pasaron a Ultimate Spider-Man, la única colección que sabe escribir Bendis, buscando aventuras con el tono y diversión que caracterizan al personaje y allí se quedaron. Otros intentaron cogerle el truco a la etapa que empezó tras el "mefistazo" y no terminaron de engancharse por la gran cantidad de guionistas y dibujantes implicados (no había nada mal esfuerzo e historias, si nos ponemos a mirarlo con justicia, pero creo que un personaje insignia como éste necesita una colección y un autor, no tanta tontería). Ahora, después de la nueva re-estructuración, Spidey se ha quedado con una única colección y un único guionista, el mejor posible, un guionista que conoce a los personajes del universo en que trabaja y se atreve a hacer cosas con ellas respetando su escencia.

En este tomo, tenemos el retorno de un villano clásico en una versión completamente enloquecida que, la verdad, tiene un par de momentos absolutamente brutales y que demuestran otra de las cosas que aprecio en Slott: si hay que ir al grano porque el personaje lo requiere, se va, porque no todos los personajes y situaciones admiten darle vueltas a las cosas eternamente. A parte, la vida sin máscara de Peter tiene varios cambios interesantes, situaciones de ésas clásicas que tanto hemos llegado a preciar (y en algunos casos resueltas con mucho humor) y la sensación de que hay una historia detrás por la que seguir preocupándose. Varias de hecho.


Al dibujo está Humberto Ramos. No soy un gran fan de su trabajo, pero la verdad es que su estilo no termina de quedar mal con el personaje e, incluso, tiene buenos momentos, pero en general su estilo deforme, caricaturesco y su narración no siempre perfecta, no me terminan de convencer. De todos modos, creo que al final hace un buen trabajo, mejor de lo que esperaba. Eso sí, me interesa muchísimo más el trabajo en la colección de próximos autores, como Stefano Caselli o Reilly Brown, pero sobre todo el de los españoles y grandes profesionales, Marcos Martin y Javier Pulido (luego viene también un tal Giuseppe Cammunocli, de la invasión italiana ésta que está teniendo lugar, pero que no conozco). De todos modos, el dibujo, te puede gustar más o menos, pero raramente es un impedimento para disfrutar de la historia, algo que sería más grave.

En definitiva, yo creo que la colección está en el buen camino con el autor adecuado. Agradecería profundamente que no hubiera un baile muy exagerado de dibujantes, pero desde luego, no se puede pedir todo. En el tomo que nos ocupa, no hay problemas de ese tipo aunque, por otro lado me alegro de que Ramos no sea el que se quede por aquí. Volved a la amenaza arácnida, porque a partir del número 648, ha empezado una nueva etapa, y una que pinta muy bien.

miércoles, 27 de abril de 2011

Fantastic Four 570-578, de Jonathan Hickman

Jonathan Hickman es un tipo al que no le puedes dar un año para contar algo. Me le imagino firmando su participación en varias series diciendo, "oigan, yo tengo un plan, una historia que quiero contar, así que yo me hago cargo, pero tienen que tener paciencia". Es como un entrenador de fútbol en el UK, que necesita tiempo para construir un proyecto y al que hay que dejarle aunque los resultados no siempre sean los esperados.

Eso sí, en mi opinión, se ha hablado mucho del ritmo lento y de las historias de presentación e introducción de conceptos (en los números que nos ocupan, que se recogieron en dos tomos, es donde más se comentó, quizá), pero poco más, cuando la verdad es que admiro el trabajo del autor con la primera familia. Primero porque trabaja al grupo como familia. Segundo porque lo trabaja como arqueólogos de lo desconocido. Tercero porque introduce vueltas de tuerca muy interesantes a elementos básicos y clásicos de la historia de la colección. Y, cuatro (cómo no), porque realmente cuando lees las historias que te cuenta, sabes que están yendo a algún sitio, te lo transmiten de verdad, no sólo es una esperanza, sino que sientes que se están poniendo las bases para conflictos posteriores.

La historia está llena de detalles que serán más importantes según avance la serie, de una buena caracterización y uso de los personajes... y de conceptos geniales muy bien usados. Algunos, quizá, al principio piensen que se desaprovechan, pero la verdad es que no lo veo así, veo que los que aún no se desarrollan, lo harán. Acción sigue habiendo, menos que exposición sí, pero personalmente no me he aburrido nada con los cómics. La pega que tienen es que leerlos grapa a grapa es doloroso y es mucho mejor leerlos tomo a tomo, porque así es como tienes la sensación, por arcos e historias, de que hay algo cociéndose. Mes a mes, hay cosas que se pueden pasar o sensaciones que se enfrían. Así pues, os aconsejo el consumo de esta serie encarecidamente, pero mejor en tomos.


El dibujo es, en casi todos los números, de Dale Eaglesham, un autor que personalmente me gusta (y ya sabéis que, a parte, la coherencia gráfica me pone :P), pero que en muchas ocasiones no parece el perfecto para la serie. Neil Edwards es el dibujante de reserva, que hace en estos tomos 2 números y es peor dibujante, menos sólido en general, menos atractivo (sin duda, en comparación Eaglesham me parece mucho más bonito), pero al final es un dibujante capaz que no estorba nunca. No puedo sino soñar cómo hubiera sido esta etapa dibujada por el maestro Alan Davis, que se encarga de las portadas, por cierto. Aún así, es un dibujo sólido y que hace buenos trabajos en el diseño pero que, sobre todo, nunca es un problema para disfrutar de la serie. Más adelante entró Steve Epting, a quien tampoco veía en la serie, pero que también hizo un buen trabajo. Solidez y constancia gráfica sobre todo, con buenos narradores y planificadores de la viñeta, quizá en favor de la brillantez y la maravilla, pero nada de lo que quejarse en serio.

Quizá algunos no estén disfrutando de la etapa. No sé si esos son muy fans del grupo o muy poco, pero personalmente me parece una etapa muy interesante y que, con el tiempo, se va a ver con algo más de perspectiva y, probablemente, a apreciar como se merece por el trabajo y buen hacer que contiene.

martes, 26 de abril de 2011

New X-Men 114-154, de Grant Morrison

Morrison decía que escribe para adolescentes inteligentes, porque así se siente, y que muchos guionistas se han olvidado de que los lectores son inteligentes. Yo esa actitud es algo que siempre aplaudiré, aunque lo que se oye y lee después de su etapas, no siempre demuestra que los que leen cómics, o por lo menos los que dejamos nuestra opinión patente, sean inteligentes. Mucha gente quedó bastante confundida después de la etapa que Morrison trabajó en la franquicia mutante (40 números y un especial) cuando sinceramente, no hay mucho que no quede perfectamente explicado, sino a lo largo de la etapa, por lo menos en la saga final (Here Comes Tomorrow). Pero hasta en los correos americanos publicados en el último número de la etapa se tuvieron que explicar cosas... muy explícitamente, lo cual es triste. Pero, siempre he pensado en darle una excusa a la gente que leyó New X-Men y no entendió prácticamente nada: en parte era lectores que eran "casual", puede que incluso no leyeran todos los números, algo que es bastante recomendable, y en parte porque la gente estaba acostumbrada a no leer mucho más allá en los cómics de mutantes, a no llevarse ideas entre sagas y menos mantener conceptos a lo largo de 40 números. Ni en la etapa de Claremont (más larga que un día sin pan y, para muchos, quizá el paradigma, el modelo de lo que tenían que ser los mutantes), donde si reintroducían conceptos o se arrastraban cosas, todo quedaba muy bien explicado y expuesto: en la etapa de Morrison se opta en muchos casos por lo implícito en vez de por lo explícito. Pero vamos, que al final todo queda muy claro, y por eso muchas de las críticas que se hacen a la etapa, son porque no se ha entendido o no se han fijado en algún detalle (si queréis una buena explicación sobre todo lo que pasa, no muy larga, bien clara y argumentada, os recomiendo este artículo tan interesante).


Ahora, dicho eso, hay una cosa más que dicen de Morrison que me encanta. Dicen que es pretencioso. Bien, eso quiere decir que pretende ser más de lo que es, que pretende pasar por muy elegante o lujoso... Lo que yo creo que es que la gente confunde las cosas. Entiendo porqué lo dicen, pero están equivocados: Morrison lo que pretende es hacer algo nuevo con los elementos clásicos, decir algo sobre él mismo, hablar sobre alguna cosa que le interese y contar una historia que se pueda leer de principio a fin y tenga sentido y coherencia. Ahora, eso es pretender algo, lo que pasa es que la mayoría de autores muchas veces no pretenden nada, casi ni contar una historia, y personalmente si me gusta el trabajo de Grant es porque habitualmente consigue contar algo y en sus largas etapas trabajar con todo lo que hace una franquicia interesante y darle algunas vueltas de tuerca. Además, es posible que lo digan por algunos de sus diálogos pero, en serio, en el caso que nos ocupa está muy bien ejemplificado, escribe a los personajes muy bien. Ahora, ¿escribe a personas reales? Si hacéis esa pregunta, igual os estáis equivocando de medio, de género y, definitivamente, de autor, porque no se trata de eso, por lo menos cuando escribe superhéroes y cosas de ciencia ficción.

Ahora, después de semejante introducción o, bueno, alegato (los que me conocen ya saben que me gusta mucho Morrison y cada vez, cuanto más le conozco, más), paso a comentaros brevemente, la etapa, sin spoilers, sin recapitulación... sólo algo general [si no habéis leído la etapa, y aunque diría que ahora mismo los mutantes están bastante mejor de lo que esperaba en general, os recomiendo que la leáis, porque es bastante atemporal... y si no queréis comprarla, aquí la tenéis completa en un archivo de descarga].


Todo empieza con "E is for Extinction" (114-116) y eso es empezar fuerte, amigos, con un arco de tres números estupendo y genialmente dibujado por Frank Quitely que, si hubiera sido el dibujante de los 40 números, habría dejado una serie imposible de olvidar y obligada (pero todos sabemos que es un tipo lento dibujando, por desgracia) para todos... Y es que el dibujo es una de las pegas más grandes de la etapa. Eso sí, con matices. Frank Quitely, Leinil Francis Yu, Ethan Van Sciver, John Paul Leon, Phil Jimenez y Keron Grant hacen un buen trabajo (el último sólo dibuja un número y, no será nada especial, pero hubiera quedado muy bien de dibujante suplente) o un trabajo genial incluso, cada uno en su estilo, y normalmente en historias que les pegan relativamente bien. El problema es que, aunque sean 40 números, son demasiados autores para mi gusto pero, sobre todo, distribuidos demasiado aleatoriamente, cuando hubiera estado muy bien que con 2 dibujantes buenos y uno genial, todo se hubiera resuelto. Y no he nombrado a todos los dibujantes... Me faltan 3 aún: Chris Bachalo y Marc Silvestri hacen lo suyo, es decir, un dibujo que o te gusta o no. Personalmente no soy fan. El primero es un dibujante con tendencia a las deformidades pero, sobre todo, con un problema de narrativa confusa que, en muchos casos, da problemas para seguir la acción. Dicho esto, tiene cosas buenas y fans que lo defienden a capa y espada por alguna razón. El segundo es un dibujante de la era Image, un dinosaurio de la escuela de Jim Lee, con tendencia a las posturas, las rayitas infinitas e innecesarias, una narración no muy inspirada aunque suficientemente clara en general... pero también con sus puntos fuertes. Y, dicho esto, que no soy fan de ninguno de los dos en especial, si hay un protagonista involuntario en esta etapa de Morrison, es Igor Kordey, que por desgracia nos regaló en esta época con algunas de las peores páginas de la historia mutante... y lo peor es que de su carrera. Puede que estuviera ocupado con su hija recién nacida, puede que le mandaran dibujar de un día para otro... no me importa un pimiento: un trabajo tan lamentable no puede consentirse en una editorial seria, por lo que lo que tendrían que haber hecho en Marvel es coger a otro dibujante y ya. No me digan que no había más dibujantes en ese momento disponibles... Y es que, cualquier dibujante hubiera hecho un trabajo mejor (hasta los dos anteriores citados, pero creo que se tomó la decisión adecuada de confinarlos a una saga concreta a cada uno que les pegaba más o menos bien). Lo peor, bueno, todo es relativo, es que el Kordey no es tan mal dibujante, como demostró después en X-Treme X-Men, donde exhibió un trabajo de los números 25 al 46 que recuerdo a años luz de lo que había visto en New X-Men, no siempre precioso, pero mucho mejor acabado, bien narrado (aunque éste casi nunca fue el problema en la etapa de Morrison) y más que correcto. Sus números en la etapa (119–120, 124–125 y 128–130... ¡Sólo 7 números de 40! ¡Imaginad lo malos que son para que le dé tanta cuerda!), deberían ser redibujados por otro autor para una edición definitiva... o por él mismo, como castigo por joder números que tenían que ser la pera limonera, especialmente los de "Imperial" (118-126).

Puede parecer poco importante hablar tanto del dibujo, ya que el guión es tan bueno en mi opinión, pero esto es cómic, es tanto de historia como de las imágenes que se usan para ilustrarla, y es una pena que haya momentos en que lo ilustrado estén tan mal ilustrado. Es algo puntual, la verdad, pero es muy llamativo. De todos modos, y eso es algo que siempre comento, lo que más valoro gráficamente en un cómic es la cohesión y la coherencia estilísticas, por lo que, aunque Kordey hubiera estado inspirado, aún me hubiera quejado del baile de dibujantes... aunque menos amargado.


Al final, Morrison cuenta una historia en la que repasa grandes elementos de la serie (triángulos amorosos, el proyecto Arma X, Magneto, Genhosa, el rechazo a los mutantes, los centinelas, la escuela de jóvenes prodigios, los Shi'ar, fénix...) e introduce un montón de conceptos y personajes nuevos (U-Men, Sublime, Xorn, Fantomex, Cassandra Nova, Quentin Quire...) que le dan una vuelta de tuerca a la franquicia de un modo que hace avanzar todo al final, algo contra lo que los editores muchas veces ha luchado. Y, por supuesto, fueron estos editores los que jodieron completamente algunas de las ideas chulas de Morrison y, de hecho, demostraron que no habían entendido nada o pasan de todo (un poco de ambas, probablemente), cuando pidieron a Austen (ese bendito botarate) que recuperar a Xorn porque les gustaba... lamentable. Personalmente, reconozco que cuando leí la etapa, entre 2002 y 2005, aproximadamente, con algunos años menos y leyendo mes a mes, me faltó la lectura que he hecho este fin de semana, una lectura de principio a fin del tirón, lectura con la cual, no sólo gana la obra, sino que se ven muchos más detalles y cosas que se nos podían haber escapado. Lo que es seguro, creedme, no soy más listo que nadie, pero tampoco un idiota, es que al final todo se entiende y está bastante claro. Por favor, echadle un ojo a esta etapa, pasad por encima los defectos gráficos puntuales o incluso de concepto, y disfrutad de esta etapa que de verdad optó por echar un par de huevos y cambiar y agitar un poco las cosas.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Atomic Robo and the Fightin' Scientists of Tesladyne y Atomic Robo and the Dogs of War, de Brian Clevinger

Muchas veces, las obras independientes fuera de las grandes (y con eso me referiré a Marvel y DC) nos dan las mayores alegrías dentro del mundo del cómic. De hecho, en un alto porcentaje, son las que más alegrías nos dan, algo sorprendente en cuando a la proporción de obras que uno termina leyendo de esas grandes. Éste es uno de los casos, un cómic surgido de la mente de un guionista que se dedicaba a los cómics online (dentro de esta web), Brian Clevinger y que termina apareciendo como serie limitada dentro de la editorial Red 5 Comics, donde el dibujo corre a cargo de Scott Wegener. Y estos dos tomos que he leído incluyen material de la colección más el número especial del Free Comic Book Day '08.

¿De qué va la serie? Bueno, el protagonista es Atomic Robo (sorpresa), un robot construido por Nikola Tesla en 1923 y que tiene inteligencia propia (lo llaman "automatic intelligence" y suena muy bien el intento de envejecer a la clásica "inteligencia artificial"). Él es la cabeza visible de Tesladyne Industries, una empresa llena de científicos de acción que responden a emergencias sobrenaturales. Los paralelismos con Hellboy son claros (y no sólo, obviamente en cuanto a la estructura de la premisa o la cantidad de nazis que aparecen), pero el acercamiento del guión a todos estos temas es mucho más humorístico y enfocado al puro entretenimiento, sin olvidar la inteligencia y el buen desarrollo de personajes. Ah, y el uso de Nikola Tesla como el padre de la criatura, es genial, y algo que cualquiera que sepa lo genial que era ese hombre, casi puede creer que estuviera a punto de conseguir.


Creo que se puede pedir poco a esta serie que no tenga. Partamos de la base de que la pretensión del cómic es mantenerte completamente entretenido durante su lectura y continuar con ganas de más al terminar, y eso lo consigue con creces. Pero, a diferencia de otros productos con el mismo objetivo, aquí se consigue mediante el humor, grandes diálogos, momentos llenos de inventiva, gran trabajo con los personajes, variedad (el poder usar a Robo a lo largo de la historia y meterle en fregados tan diferentes, es una ventaja que se aprovecha) y toda clase de momentos que demuestran la inteligencia del guión sin hacerte sentir idiota. Para mí es uno de los mejores cómics que se puede leer hoy en día, partiendo de la base de que lo que quiere es mostrarnos aventuras científicas llenas de pseudociencia exagerada, enemigos excesivos, amenazas imposibles y mucho humor. Entrar en su juego, es perderse.

El dibujo de Wegener es completamente adecuado al tono, limpio, claro y, sinceramente, todo lo que se podría pedir. Al final de cada tomo vienen algunas aventuras cortas dibujadas por otros artistas y, la verdad, a nivel de guión siguen siendo geniales, pero sin duda demuestran que Wegener es el autor adecuado para ilustrar las aventuras de este adorable robot. Así que, nada que objetar, al contrario, el dibujo es el compañero perfecto para la historia.

En España ya se han publicado los 3 primeros tomos (en USA van por el 4º tomo y el volumen 5º de la colección), así que no tendréis muchos problemas para leerla en castellano si queréis, pero yo ya me he acostumbrado a leer los cómics americanos en su lengua original y, la verdad, en cómics como éste no hay el más mínimo problema de seguimiento. Así pues, muy recomendado.

martes, 1 de marzo de 2011

Assault on New Olympus y The New Prince of Power, de Greg Pak y Fred Van Lente

Dos tomos más en la historia del señor Hercules que Pak y Van Lenthe llevan contando durante ya hace tres años y, desde mi punto de vista, haciendo de ella una de las mejores colecciones de Marvel en la actualizad de lejos. En el primero de estos tomos que comento, Assault on New Olympus, termina la actual encarnación de la serie The Incredible Hercules, con el número 141 (recordemos que la serie como tal, empieza en el número 112, al sustituir Hercules a Hulk en la serie durante la World War Hulk, mientras el segundo tomo, The New Prince of Power, incluye las miniseries y especiales Hercules: Fall of an Avenger y Heroic Age: Prince of Power, donde Amadeus Cho toma mayor protagonismo tras el final de la colección de Hercules.

Y, si bien el segundo tomo es algo inferior a los que hemos visto de la serie en sí (un par de detalles y Thor escrito de forma... extraña, cuando ya ha salido en la serie y no cantaba tanto), ambos tomos no hacen sino confirmarme que ésta es una de esas colecciones que no vende, seguro, lo que merece su calidad. Los guiones del dúo tienen muchas cosas que alabar: humor omnipresente e inteligente; una historia escrita con sumo cuidado, inteligencia y mucho conocimiento de todo lo ocurrido en la historia del Universo Marvel; un uso ejemplar e integración de la mitología como elemento enriquecedor de tramas y herramienta para sentar las bases de personajes; acción entretenida y habitualmente (no siempre) muy lejos de los tópicos; un trabajo con los personajes muy  interesante y cuidadoso que termina construyendo personajes más complejos de lo que aparentan; buen uso de personajes que siempre andan por ahí pero no se suelen aprovechar; momentos dramáticos bien planeados y nada gratuitos; entretenimiento... Al final, lo que quiero decir, es que es una colección que da gusto leer siempre. Por eso también comentaba que el segundo tomo es algo inferior, pero no porque sea malo, sino porque en algunos momentos está un escalón por debajo. En otros, simple y llanamente es lo de siempre e igual de bueno.


Un tema que siempre me ha parecido mal de la serie es el dibujo. No porque sea malo, porque tiene una media que ya querrían otras colecciones, sino porque peca de una falta de continuidad muy evidente, con baile de dibujantes que, si bien nunca cae en la mediocridad, va desde lo muy bueno a lo normalito, aunque en general siempre bien narradp. Cómo no, me gustaría que una serie tan buena tuviera un dibujante genial y regular, pero bueno, sinceramente, la colección de profesionales que andan siempre por la colección hace un trabajo encomiable y nunca impiden el disfrute del guión. Y eso como mínimo. En los tomos que nos ocupan, la tarea recae sobre Rodney Buchemi (creo que sí que dibuja en este caso el tomo entero), Reilly Brown y Ariel Olivetti, de estilos bastante diferentes, la verdad, pero ninguno hace un mal trabajo.

En fin, en España siguen publicando la serie (no sé si con algún tipo de periodicidad, pero sí sé que jodiendo las sorpresas sacándola a destiempo), por lo menos, así que si queréis leer una serie de Marvel sólo, leeros ésta: pasa por todos los puntos que tienen importancia en el universo al que pertenece a su modo, con humor, inteligencia y un grupo de grandes personajes. No la dejen de leer pensando que no tiene protagonistas famosos: ¿cuántas veces nos hemos equivocado con semejante argumento?

martes, 8 de febrero de 2011

The Authority: The Lost Year, de Grant Morrison y Keith Giffen

Diciembre de 2006 fue la fecha para el lanzamiento del nuevo volumen de The Authority, serie que, la verdad, desde que terminó la etapa de Millar no había llamado mucho la atención. Grant Morrison es el encargado de relanzar la franquicia pero, al final, la cosa salió rana. Si bien en los 12 números de este volumen, que luego se terminó llamando “The Lost Year” (en teoría los dos primeros números no son parte de este año perdido, pero bueno...), el escocés figura como autor, sólo en los dos primeros números es el verdadero artífice del cómic, mientras que el resto de los números comparte créditos con el polifacético y, algo mediocre, Keith Giffen, en lo que sospecho que es un trabajo del segundo sobre ideas del calvo de Glasgow. En mi opinión, la cosa tiene mimbres para algo muy interesante, pero nunca termina de cuajar del todo. Estructuralmente tenemos los clásicos arcos de 4 números que nos presentan amenazas desproporcionadas, y la cosa empieza con lo que, en un principio, se podría resumir como “The Authority visita el mundo real”... pero luego esa estructura se flexibiliza bastante, por decirlo de algún modo. Como digo, es un cómic en el que las ideas son lo más interesante pero que peca de expositivo y quizá, en una colección de esta naturaleza, el lector se aproxima con ganas de algo más. De todos modos, en mi opinión, lo peor es lo desaprovechado de la oportunidad y, al final, casi todo este viaje del grupo por universos paralelos y encuentros con versiones alternativas, termina no llegando a interesar, especialmente porque los conceptos terminan no evolucionando y pareciéndose a lo mismo siempre, a enfrentarse a una versión diferente de ellos mismos y ya.

Primero, Morrison no se ocupó de la colección enteramente y, sin duda, pierde por ese lado. Ahora mismo, según escribo, desconozco si se marchó porque no tenía tiempo para la colección o fue apartado (sospecho que empezó a dedicarse a Batman o 52 y en DC prefirieron que dejara Wildstorm en un segundo plano: lean por aquí lo que pasó, que fue un desastre, pero más o menos no andaba yo muy desviado), pero al final, lo mismo da, porque el autor sin duda tiene gran cantidad de ideas interesantes pero la diferencia es notable si él no es el que las desarrolla. Giffen es un tipo que tiene sus proyectos personales más queridos pero también uno que hace lo que le mandan y, vaya, para eso sí es bastante versátil, pero el hacer un poco de todo y nada especialmente bien, para mí siempre ha sido su sello. A parte de su trabajo, una vez más acompañado (por DeMatteis, esta vez, quien se le vuelve a unir en la colección que nos ocupa a partir del número ocho), en la Liga de la Justicia, algunas cosas divertidas y su gran labor como dibujante de los bocetos de todos los números de 52 (algo que proporcionó una coherencia narrativa y visual a la obra clave), nunca le he visto como un gran autor, y aquí no es menos, aunque da lo mejor para desarrollar algunos de los conceptos que le dejan… pero no lo termina de conseguir.


Otro de los problemas de la colección, es el dibujo. Gene Ha empezó junto con Morrison pero duró a bordo los mismos números que Grant como autor completo, dos (un gran dibujante, en mi opinión y que, si hubiera durado, la cosa habría tenido mejor pinta) y, a partir de ahí, el baile de dibujantes es continuo y, francamente, de todo menos coherente, con trabajos desiguales, estilos que no encajan y, sobre todo, estilos que son muy diferentes entre sí, lo cual creo que es una de las claves del fracaso. Darick Robertson, Jonathan Wayshak, Brian Steelfreeze, David Williams, J.J. Kirby, Brandon Badeaux, Jerry Ordaway… la mayoría desconocidos o no muy interesantes que digamos, aunque hay de todo y quizá ése sea el problema. Por ejemplo, si el mismo Badeaux hubiera sido el dibujante, la serie hubiera estado mejor, porque creo que hace un buen trabajo (aunque confuso a veces), pero no es así. Así que, el resultado hace que el conjunto baje su calidad más. Sí, para mí el guión es lo más importante, pero no creo que se pueda olvidar que el cómic es visual y un dibujo atractivo, bien narrado y que permanece a lo largo de los números, otorga al cómic el punto necesario para hacerlo grande.

En conclusión, es sin duda una etapa oscura de la colección. 12 números, un año perdido en el que el grupo intenta volver a casa mientras el transporte va a haciendo paradas por diferentes universos paralelos en los que los personajes se enfrentan a diferentes mundos y versiones de sí mismos. El resultado es desigual, con un puñado de buenas ideas pero que termina degenerando bastante en algo muy común salpicado con buenos detalles, visualmente incoherente y muchas veces fuera de contexto, y que al final queda lejos de lo que, creo yo, podría haber sido, por lo que no es que sea un año perdido, pero casi.

lunes, 7 de febrero de 2011

Morning Glories 1-3, de Nick Spencer

El señor Nick Spencer es uno de los valores en alza del cómic norteamericano y aquí está, quizá, una de las razones del porqué. Morning Glories es una serie que nos lleva a una especie de internado muy elitista en el que pasan cosas muy raras y donde nuestros protagonistas, seis adolescentes brillantes (cada uno a su manera), acaban de ingresar. El hecho de que los protagonistas sean adolescentes puede que alguien le eche atrás (no siendo un cómic superheroico donde, sinceramente, eso está a la orden del día), pero no debería. Primero, sí, los seis están construidos sobre la base de varios arquetipos que todos podemos reconocer, e incluso se permite caer en varios tópicos, pero siempre desde una perspectiva fresca e interesante. Además, lo bueno es que, si bien están asentados sobre cimientos básicos, sus personalidades tienen más tridimensionalidad de lo que podría parecer y más, asumo, según avance la serie. Además, todos ellos son atractivos, por una cosa o por otra: o bien empatizamos con ellos o bien los odiamos o bien nos encantan, pero siempre tienen algo que los hace atractivos.

En cuanto a los misterios y resto de personajes del cómic, sin revelar nada, diré que igualmente podemos ver cosas sacadas de lo ya visto pero realmente uno de los puntos fuertes de la serie es que no teme ir más allá de lo habitual o introducir elementos completamente desproporcionados en un entorno que, aparentemente, no lo admite. Y ahí está parte de la genialidad y originalidad que impregnan a la serie y que la hacen muy adictiva: nunca sabes qué puede pasar porque ya desde el principio se ha establecido que puede pasar de todo y que las reglas aquí están para romperse. Además, y pese a toda la oscuridad de la trama, es una serie con diálogos y situaciones divertidas o, que si no llegan a eso, se disfrutan como lector. Naturalmente, aún, como veis, hablo desde lo que puede ser o casi ni llegar a ser aún, el planteamiento de la serie, por lo que aquí hay mucho que desarrollar, misterios por explicar y tramas por aclarar. Puede que ahí resida mi principal miedo con esta serie: ¿sufrirá un síndrome Lost o será capaz de explicar lo necesario para que todo el mundo quede contento o, como mínimo, le echará humor al asunto? ¿Se acabará el lector anestesiando contra la sorpresa y terminará aburrido? Está por ver.

El dibujo de Joe Eisma es atractivo y le pega bien a la serie aunque sí, sufre de algunos problemas de rigidez o de representación de algunas acciones, que no quedan del todo naturales (así como algunos temas anatómicos), pero a mí no sólo me vale, sino que me parece un buen autor para ilustrar a adolescentes envueltos en locuras elevadas a la enésima potencia. Si evoluciona y pule algunos de sus defectos y tosquedades, creo que puede llegar a ser un gran dibujante. Hasta entonces, aquí queda bien y aporta a la serie lo que le pide.


En definitiva, aunque hablo quizá muy pronto, os aconsejo que le echéis un ojo a la serie que, después de un primer número que tiene una gran parte de presentación de los personajes pero un gran comienzo y un gran final, no deja de lanzarnos cosas raras a la cara. Si cuando lo vayáis leyendo os intriga y entretiene a partes iguales, quedaros con ella, que puede ser muy curiosa. Pero vamos, como decía arriba, eso sólo el tiempo lo dirá.

lunes, 31 de enero de 2011

Marvel Monster: Cable & Masacre 2, de Fabian Nicieza

Cable & Deadpool es una colección que se ha publicado en España de forma errática y lamentable pese a que su nivel de calidad es, en mi humilde opinión, altamente elevado, a todos los niveles. La colección fue cancelada en el número 50 y se le dio a Masacre su propia colección... y después colecciones. Desde mi punto de vista, este movimiento es bastante erróneo porque tal y como estaba la colección, suponía dejar descansar el interés sobre los hombros de ambos personajes y su relación, lo cual conseguía que se creara un equilibrio muy interesante entre los serio y lo divertido, lo estúpido, peculiar y divertido de los diálogos de Masacre con la misión de Nate, tejemanejes por todos lados y los diversos conflictos morales que se manejan en las tramas... Para mí, es una de las mejores colecciones de Marvel en los últimos años (aunque tenga sus irregularidades y pierda cuando Patrick Zircher deja de ser dibujante regular, no porque no haya más que puedan hacerlo igual de bien, sino porque hay algo de baile), y fue cancelada, algo que siempre duele.

Después de Si las Miradas Matasen (1-6 USA), el primer Marvel Monster (7-18 USA), este segundo tomo (19-29 USA), el especial de Civil War (30-32 USA) y el tomo Masacre contra el Universo Marvel (43-50 USA) se hayan publicado, ya veis que sólo faltarían los números del 33 al 42 para tener la colección completa publicada en España. Supongo que los veremos en otro tomo pero, ¿alguien puede explicar cómo se ha podido publicar, no ya de tanto en tanto o en formatos diferentes, sino en un desorden tal? Los números citados, se publicaron en estas fechas, según el orden de arriba (que, como podéis comprobar, no tiene sentido): Abril 2005, Diciembre 2008, Noviembre 2010, Agosto 2007 y Febrero 2009... ¿Cómorrrr? Podéis estar de acuerdo conmigo o no en la calidad de la serie, pero nadie puede discutirme que este tipo de cacao es insultante. Yo tengo el tomo de Masacre contra el Universo Marvel desde hace un año y pico y aún espero a que publiquen todo lo de antes para leerlo :P ¿No podían haber publicado, en vez de ese tomo, el tomo que nos ocupa? Lo del "especial Civil War", lo puedo entender, aunque me siga pareciendo un insulto, pero lo otro no.

Bueno, ¿qué tal está el tomo? Pues me parece que es mejor el anterior Marvel Monster, la verdad, pero sigue gustándome, especialmente "Colegas del alma", el primer arco de cuatro números. Después hay varias cosas como la visita del Capitán América, el tema de Apocalipsis ("Renacido") y el "El principio Dominó", que me resultan historias muy bien pensadas y con muchos asuntos que merece la pena discutir, pero que carecen del equilibrio suficiente con la parte de diversión, la parte de Masacre, que tiene un papel muy secundario aquí (sin embargo, en "Situaciones apuradas", Masacre se las ve un poco son Spiderman y ya la cosa es más divertida). Yo siempre he defendido el equilibrio de esta serie entre lo disparatado/divertido y lo serio/bien pensado, porque lo considero la clave de su éxito: incluso en los momentos más absurdos la coherencia y calidad siempre están ahí. Y por eso cuando hay historias a las que les falta un poco de alguna de las partes, la cosa baja algo el nivel. Aún así, la colección está plagada de elementos interesantes y, la verdad, con demasiado potencial para poder desarrollarse por completo, ya que afectarían mucho al universo en que se desarrollan. Y, aún así, Nicieza se preocupaba mucho de representar las repercusiones de las acciones de Cable (especialmente) y de hacer interaccionar a los personajes con otros de Marvel continuamente, lo cual considero también algo muy interesante y de agradecer: hay otros guionistas que pasan de pensar cómo afectan las cosas a los demás personajes o directamente se olvidan de que están desarrollando sus historias en un universo al que se le supone coherencia y cohesión. A parte: tienes que amar la primera página de todos los cómics de esta colección, llena de bromas (incluso a costa de los crossovers y la editorial) y, encima, de información interesante.


El dibujo de gran parte del tomo es de Patrick Zircher, que fue dibujante de la colección del 3 al 24 y que, en mi opinión, realiza un gran trabajo, bonito, dinámico y bien narrado. ya trabajó con Nicieza en Thunderbolts y creo que consigue dotar a la colección de una coherencia visual y de un atractivo innegables. Después del 24, en este tomo tenemos un poco de baile de dibujantes, con Lan Medina, Reilly Brown y Ron Lim. Ninguno hace mal trabajo, pero me gusta que la cosa tenga una coherencia y, aunque tratan de mantenerla, siguen siendo dibujantes diferentes que no es que tengan nada de malo, pero tampoco son grandes dibujantes, aunque sí buenos profesionales. Así pues, echaré de menos a Zircher, aunque mi querido Lim repita en 4 números más... lo que no entiendo es porqué no son 4 números seguidos, ya que sé que puede dibujar lo que le mandes para el día siguiente.

En fin, una colección maltratada en nuestro país y que pese a sus irregularidades, como cualquiera puede tener, creo que es una de las mejores series de Marvel en los últimos años y que Nicieza hizo un gran trabajo en los números que he leído. A ver si no tengo que esperar año y pico para que terminen de rellenar el hueco que falta de publicar y termino de una vez la colección. Yo os recomiendo este tomo, pero no si no habéis leído los anteriores, así en general. Aprovechando lo de las quejas por el caos en la publicación, por lo menos tenéis una "guía" de lo que ha salido aquí, así que si lo veis y tenéis curiosidad, comenzad por el principio, yo creo que a los seguidores de Marvel interesados en una colección divertida pero con cosas muy serias y con muchas cosas interesantes y giros, disfrutarán de ella.

viernes, 28 de enero de 2011

Ex Machina 1-14, de Brian K. Vaughan

Ya he leído esta recomendable obra de 50 números, pero por diversas circunstancias, me he decidido releerla tarea nada desagradable o desaconsejable, especialmente porque ya hace unos años desde que leí los primeros números de la colección.

Ex Machina (título que, quizá, juega con dos conceptos diferentes: el que el protagonista sea "ex-algo" y la derivación de la expresión "deus ex machina") cuenta la historia de Mitchell Hundred, que ahora es alcalde de Nueva York y que, en el pasado, fue "The Great Machine", una especie de superhéroe (puntualicemos que éste es un mundo paralelo al nuestro pero en el que no hay superhéroes) con el poder de hablar con las máquinas. Como digo, en el presente el protagonista es alcalde, no un héroe, así que sus historias como tal, se nos cuentan a través de flashbacks. A parte, las consecuencias de todo el tema fantástico del origen y demás, también ponen pie muy habitualmente en el presente, entremezcladas con la política, uno de los grandes temas de la colección. Y es que Vaughan, si bien nos cuenta una historia de ciencia ficción, la aprovecha para ponerse muy terrenal y hablar de bastantes temas sociales, morales y políticos que afectan a la sociedad estadounidense. Lo mejor es, desde mi punto de vista, que el planteamiento de los problemas, conflictos y políticas se hace desde una perspectiva realista, ausente de maniqueísmos y, siempre, con sentido del humor. Y es que el humor es otro de los puntos fuertes de la colección pese a trata temas serios (las partes de misterio, conflicto y ciencia ficción son bastante oscuros en ocasiones), un humor que se introduce en la serie de forma natural y que agrada mucho la lectura, especialmente en cuanto a los diálogos se refiere.

Además se nota, y esto es algo que siempre agradezco en las colecciones o etapas, que Brian tiene algo bien pensado (aunque lo racione bastante) y que va a contar la historia que quiere en los números que le apetece. Se agradece porque la sensación de coherencia y los detalle así siempre cobran sentido. Ya desde las primeras páginas tenemos esa sensación, ya que se nos presenta al protagonista contándonos la historia, aunque poco se puede saber de cómo va a terminar todo aún después de haber leído más de un año de colección. De todos modos, un gran trabajo, divertido, profundamente pensado, realista, con una buena caracterización de personajes y un protagonista que cae bien pese a ciertas cosas que hace, con las que no siempre podemos estar de acuerdo.


En cuanto al dibujo, mi opinión es que Tony Harris hace un trabajo bonito siempre, espectacular a veces, tanto en los momentos oscuros como en los más brillantes. Tiene un estilo limpio y precioso con sus propias manías, pero si te gusta, como es el caso, no puedes estar más que contento porque sea él el que ilustre la historia completa (la coherencia gráfica a mí me parece fundamental). Por supuesto, es expresivo en los rostros, aunque algunos son similares, pero se distinguen bien, y tiene tendencia a dibujar mujeres con dos tetas que tiran más que dos carretas pero, como digo, queda bien siempre y me gusta su estilo.

En resumen, si no habéis leído la colección, deberíais plantearos hacerlo. Yo se lo he recomendado a mucha gente (antes me la recomendó un buen amigo) y ya he recibido algunas repuestas positivas, incluso de quienes no leen muchos cómics o no han leído muchos cómics. Para los que sí, esta colección también tiene detalles que les resultarán un guiño como la afición a los cómics del protagonista, la tienda de cómics y otras referencias a DC. En definitiva, política y ciencia ficción en una gran colección que hay que leer... y que molaría en serie de televisión.

jueves, 20 de enero de 2011

Top 10 1-12, de Alan Moore

Ya he hablado aquí de la habilidad que tiene Alan Moore para trabajar con los clichés del mundo superheroico y la ciencia ficción y hacer algo diferente. En este caso que nos ocupa, el primer volumen de la colección Top Ten (para su editorial American Best Comics o ABC), tenemos lo que resulta cuando se afronta una historia en la que, según el propio Moore, seres con superpoderes se encuentran con Canción triste de Hill Street. Y es que Top 10 tiene lugar en una de las muchas tierras paralelas de un universo muy peculiar: en esta tierra, concretamente, TODO EL MUNDO tiene superpoderes o habilidades (y tecnología avanzada, inteligencia artificial, extraterrestres y demás conceptos, son algo del día a día), y alguien tiene que velar porque la paz y el orden se mantengan, como en cualquier otro lugar. Esos son los protagonistas de nuestra historia, los agentes destinados en una de las estaciones de policía (la décima) de una gran ciudad, Neopolis.

Desde luego hay que admitir que Moore estaba inspirado en el final de los 90 y principios de los 00, porque en aquella época hizo algunos grandes trabajos rodeado de otros que no eran tan interesantes en general, mucho más inspirado de lo que le veo ahora. Top Ten es la perfecta muestra de ello, una colección en la que maneja una cantidad absurda de conceptos, crea reglas y da coherencia a todo un universo (presente y pasado), trabaja a los personajes y los caracteriza y, por si fuera poco, desarrolla varias tramas de investigación que se complican progresivamente y evolucionan a lo largo de la colección, todo ello de modo que la tarea de ser guionista de una serie así, parece algo que se puede conseguir sin esfuerzo y que, simplemente, es algo que sale. Creo que eso es un signo de que algo se está haciendo bien: cuando se compone una gran historia llena de elementos interesantes a todos los niveles y parece que se ha hecho sin esfuerzo, porque así es como quedan historias que se leen bien, que son divertidas, originales y entretenidas, además de estar muy bien pensadas. A lo largo de la colección, además, Moore se permite hacer una gran cantidad de homenajes a los universos más conocidos del mundo del cómic, bien mediante homenajes o, directamente, de parodias brutales como el evento cósmico de los gatos y los ratones, que me parece una genialidad. Y, no sólo eso, sino que también trabaja con cosas como la tolerancia y el racismo, que resultan muy recurrentes dentro de la serie, y que entran en juego de un modo natural.


El dibujo de la colección está realizado por Gene Ha y Zander Cannon. El primero es bien conocido y el segundo parece que le asistió porque no es especialmente rápido. En cualquier caso, el resultado da coherencia a la serie y consigue crear un estilo y atmósfera que encajan bien con el mundo de locura y conceptos extraños en el que se mueve la historia. Además, los momentos más íntimos o los de acción están bien presentados, todo con el uso de una narración fluida y clásica. Donde quizá más llama la atención el dibujo, a parte de su corrección y lo apropiado que es, sería en los diseños, que son muchos, tantos que no todos pueden ser buenos u originales (lo segundo muchas veces no se pretende deliberadamente, claro), pero hay una gran cantidad de ellos muy inspirados y curiosos teniendo en cuenta la cantidad de personajes hay en la serie.

En definitiva, es una serie totalmente recomendable y, si veis algún tomo por ahí, ni os ocurra no comprarlo. Después salieron más cosas como 5 números de Smax (que siguen un argumento de esta serie), Top 10: The Forty-Niners y Top 10: Beyond the Farthest Precinct, pero estos 12 números que os comento hoy, se sostienen por si solos como un trabajo más de los muchos interesantes del excéntrico autor inglés.

martes, 18 de enero de 2011

Incorruptible 1-4, de Mark Waid

Incorruptible es la otra colección ambientada en el mundo creado por Plutonian en Irredeemable, un mundo tan devastado e inseguro, que uno de los mayores supervillanos, Max Damage (cuya fuerza e invulnerabilidad crecen cuanto más tiempo esté sin dormir... no como a otros que nos pasa al revés), decide pasarse al lado de los héroes y hacer algo bueno para variar. También está escrita por Mark Waid y, en este caso, dibujada por otro autor sin mucho trabajo a sus espaldas, el brasileño Jean Diaz.

Al igual que en la "colección madre", Waid aborda conceptos y situaciones interesantes con un buen trabajo y originalidad aunque, del mismo modo que en la primera, las cosas se toman su tiempo para pasar, por decirlo de algún modo, dejando la sensación de que el autor tiene ideas buenas pero quiere alargar el asunto un rato. De todos modos en esta colección la premisa puede parecer menos interesante, pero a mí me parece igualmente interesante o más, especialmente porque me resulta que es más complicada de justificar y de hacer creíble. ¿Lo consigue Waid? Creo que para empezar, sí, podemos comprar lo que nos vende, pero quiero que profundice más en ello aún (la explicación es interesante pero le espero sorpresas) porque es el motor de la serie y su protagonista. Además me gusta, en este sentido, que "los buenos" sigan sin confiar en él, que los malos le pregunten que qué leches le pasa o intenten seguir haciendo lo mismo con él que siempre, y que él aún tenga ciertos "dejes" de su anterior modus operandi. En general, quizá me gusta un punto menos que Irredeemable, pero considero que este punto de vista es totalmente interesante, necesario y diferente al de la serie principal, complementario y que a penas se solapa con la historia que allí se cuenta, por lo que nunca resulta algo que está de más, y se agradece.


El dibujo de Diaz es bueno aunque como dibujante novato que es, aún puede mejorar y asentar su estilo de dibujo, pero es bonito y casi siempre consistente y bien narrado. Es obvio que elegir a profesionales poco curtidos para estas series no es lo que a uno más le gustaría, pero tiene sus ventajas y el hecho de que sean una constante hace que las colecciones ganen en coherencia visual, por no decir que siempre tiene su gracia ver evolucionar su trabajo.

En definitiva, es una buena colección, con mucho potencial. Resulta inferior a la colección "principal" pero su premisa es igualmente interesante, aunque aún necesita desarrollarse más. Obviamente, aún no he leído suficiente como para hablar más profundamente, pero si la colección continúa evolucionando bien, volveré a hacerlo positivamente. Como digo, poco más que exposición y sensación de que hay de donde sacar, pero por ahora estoy a favor no sólo de la existencia de la serie, sino de su (algo lento) rumbo. Si sigues Irredeemable es interesante ponerse con ella pero no es totalmente necesario hacerlo (aunque sí se habla de cosas que han pasado en aquella, se lidia más con las consecuencias y no se centra en contar la cara B de lo ocurrido, sino en contar otra historia centrada en el mismo mundo), así que si os atrae más esta premisa que aquella y no habéis leído la primera, a leer ésta igualmente.

sábado, 15 de enero de 2011

Los Exiliados 24, de Jeff Parker

Los Exiliados (Exiles) nació como una colección divertida y bien hecha en Agosto de 2001 de la mano de Judd Winick y Mike McKone que, especialmente en los inicios, hicieron un trabajo interesante y diferente. Después, la serie fue degenerando y Chris Claremont se hizo cargo de ella perdiendo el norte, en mi opinión, de lo que debería ser la serie. Entonces, en Abril de 2009, Jeff Parker y el murciano Salva Espín, dieron comienzo al volumen 2 de la colección, llegando al número 6 antes de que la serie se cancelara. Y ese último tomo, el que recoge estos 6 números, es el que comento hoy, que ha aparecido en España como el número 24.

Como digo, Parker vuelve a los orígenes de la serie en cuanto a la esencia de la serie pero, a la vez, se preocupa de intentar de explicar, dar coherencia y aunar todo lo ocurrido hasta ese momento en la colección, incluso atreviéndose a juntar conceptos que se oponen unos a otros. Esto último ocurre en los últimos números de la breve etapa, mientras que los primeros están dedicados a hacer aventuras de las que deberían tener lugar en una colección como ésta. Son sólo un par de mundos alternativos que arreglar, pero son interesantes, y lo que está bien es que todo el tema se trata con mucha inteligencia y sin dar vueltas por lo más pisado. Al final del tomo, el grupo está listo para más aventuras, con algunas cosas interesantes preparadas y otras que sólo podemos imaginar por dónde pueden ir. Y entonces la serie se termina. ¿A que jode? Pues sí. Yo hacía que no me compraba algo de la serie desde los primeros dos tomos (creo recordar) de Claremont y volver a la serie tanto tiempo después no me ha supuesto un problema. De hecho, en algunas cosas, es simplemente un guiño a los que disfrutaban de la idea (y personajes) original, porque pasa de otras tantas que han ido apareciendo.

El dibujo del español Espín está bien. No es el mejor del mundo, pero a mí me gusta y le queda bien a la serie. No es que tenga la oportunidad de hacer muchos diseños novedosos (algo extraño), pero lo que hace está bien hecho, juvenil y bien narrado. Las colecciones mutantes (y otras), deberían tener dibujantes competentes como él y espero que le den más cómics para ir mejorando en consistencia y atractivo, porque tiene madera. Ha dibujado portadas y cómics variados como Damage Control, Fall of the Hulks: The Savage She-Hulks, Incredible Hercules, Wolverine: First Class o Generation Hope. En dos números el dibujante es Casey Jones, que tampoco es un veterano y cuyo dibujo es más serio, en algunas cosas peor y en otras mejor, pero el caso es que queda bien con la historia que dibuja y no rompe mucho la coherencia visual del tomo. En general, entonces, un dibujo competente.


Así que, un tomo interesante, con giros buenos, aventuras entretenidas, intentos de explicar cosas y, al final, ni más ni menos que un buen cómic que merece la pena comprar (aunque siga saliendo el cómic más caro que por separado, pero no algo de lo que quejarse, sino 5 céntimos) sobre todo si disfrutasteis del concepto original de la serie y por supuesto si seguíais la colección. Yo creo que es una pena que la hayan cancelado, pero bueno, eso debo ser sólo yo. Por suerte, Parker sigue haciendo cosas que podemos leer en Marvel, como Thunderbolts o Agents of Atlas.

jueves, 13 de enero de 2011

Irredeemable 20 y 21, de Mark Waid

Me encanta esta colección. Reconozco que tiene números en los que la cosa avanza más bien poco o nada, que son muy expositivos, pero me encanta (es altamente recomendable y satisfactorio leer la serie en tomos o con varios números en la recámara). Me encantan sus giros, sus personajes confundidos y desbordados y sus secretos... En los últimos números, la colección tomó un camino que no esperaba y que me pareció interesante. Es una variación más de un giro que ya se pudo ver (similar en concepto y demás: no es lo mismo) en Planetary o, de hecho, en una serie del propio Waid, Empire, sin entrar en más detalles, pero que no esperaba ver aquí y fue introducido de manera interesante usando a un personaje que encaja perfectamente y que representa la "frustración" de los personajes sin poderes manifestada. El caso es que el giro lleva a lo que son unos números muy lentos pero buenos en los cuales se intenta, en mi opinión, alagar la nueva situación e ir corrompiéndola hasta que estalle la previsible vuelta de uno de los personajes. Que es cosa mía desde el inicio de este arco, lo reconozco, aunque según veía avanzar el asunto, empecé a dudar... hasta el final del número 21, con el que pienso que la cosa está clara y va a ocurrir lo previsible (a un nivel muy general me refiero). Aún así, me encanta cómo se ha terminad explotando el asunto en los dos escenarios y cómo los "buenos" tienen también problemas morales y mentales serios y los "malos", en el fondo sólo buscan el perdón. Y es que ésa es otra de las cosas que me gusta de la serie, algo que sé que a mucha gente no le gusta porque considera que es el corromper la figura del héroe por el mero hecho de hacerlo: me encanta la ambigüedad moral de los héroes, las decisiones que tienen que tomar por lo que ellos creen correcto, cómo el poder puede cambiar... Es una de la constantes de la serie y me gusta cómo se aprovecha aquí, igualmente que el hecho de que una serie con una premisa que puede o no tener mucho recorrido lleve casi dos años jugando muy bien sus cartas. Al final, el único defecto, para mí, es el que he mencionado al principio: hay números en los que pasa poco o nada pero, encima, sabemos que están pasando cosas porque nos dan pistas y nos dejan ver momentos, sin embargo se centran en cosas que terminan llenando el cómic y no siempre aportan suficiente. Ejemplo: en un número casi todo lo que se centra en un escenario es un personaje hablando y hay más cosas pasando, varias.

El dibujo sigue siendo de Krause y sigue siendo clásico, sólido y bien narrado, aunque no tenga diseños especialmente llamativos o inspirados. Cumple, la verdad, más que de sobra, e incluso se permite algunas buenas viñetas y páginas. Es curioso pero sí se está notando su evolución a mejor aunque el mayor cambio es en el último número donde, si os soy sincero, pensaba que era otro dibujante. Ahora mismo no recuerdo si hay otro entintador o colorista, pero sinceramente hay momentos en los que me parecía otro y no sé si es deliberado. En cualquier caso, me sigue pareciendo bien: no es el mejor dibujante del mundo, pero definitivamente no es el peor.

En definitiva, quien siga con esta serie a estas alturas, seguirá interesado y, si la sigue mes a mes, un poco cabreado con algunos números en los que la cosa no avanza. Personalmente, ya lo dije, es una de mis colecciones preferidas de ahora mismo, pero entiendo que en tomos se disfrutará más. Los que habéis leído el primer tomo que ha salido en España y no compartís mi entusiasmo, os diría que le deis otro tomo más a ver qué pasa o que os bajéis los siguientes números para ver si os engancha y luego comprarla (algo que mejor hacéis en inglés porque la edición española, lo siento, es un robo). Una buena serie que se lee muy bien y que se disfruta aún más si tienes cómics a palas en la cabeza, aunque empiece, técnicamente de 0, y dos buenos números que en algunos puntos se demoran pero que siguen avanzando bien. Quiero más.

martes, 11 de enero de 2011

Batman: The Dark Knight 1, de David Finch

Yo ya he dicho muchas veces que el hacer muchas colecciones de un mismo personaje es un error, y el panorama actual de Batman es un ejemplo de que se pueden hacer demasiadas series sobre un personaje sin necesidad. En mi opinión, con 2 colecciones bastaría, una para Bruce Wayne y otra para Dick Grayson. Como soy un loco de todo lo que hace Grant Morrison, para mí la solución es dejar que siga haciendo lo que hace hasta que termine y, si quieren, hacer otra colección más "convencional". Su Batman Inc. explora otro aspecto más del personaje y sus aventuras en su gran trabajo dando un repaso a todo lo que hace al personaje clásico mezclado con sus habituales obsesiones y si no consideran que su visión es la adecuada, deberían de hacer dejado que terminara su etapa ahora. Pero, lo claro es que sí la consideran la apropiada porque el tema sigue presente... y a la vez pasan de lo que dice porque hay colecciones, varias, que se dedican a hacer lo de siempre, bien o mal. Bien, por otro lado, no sé qué les ha dado en DC dándole dos colecciones diferentes a dos dibujantes noventeros para que hagan lo que quieran con ellas como autores completos, ¿qué intentan demostrar, que Marvel no se equivocó en los 90 con lo que dio origen a Image? No sé, sinceramente. Una de las colecciones es la que escribe y dibuja Tony Daniel que es bastante malo en todo lo que hace. La otra es la que nos ocupa, The Dark Knight, que escribe y dibuja David Finch, autor surgido de Image y asentado en Marvel que ahora viene a DC donde ha ido metiendo la zarpa poco a poco en Batman este año (aunque ya lo dibujó por primera vez allá por el 97 en el Darkness/Batman). Pero dejémonos de chorradas, ¿qué tal el primer número de esta nueva colección?

Pues correcto. Quiero decir, que es una historia que, por mucho que nombre el status actual del personaje, no deja de ser una historia a temporal que podía haber aparecido en cualquier momento e, incluso, por ahora, en cualquier colección, pero encaja bien en Batman y en Bruce Wayne. Eso sí, es complicado imaginar o no terminan de vendernos bien, la obsesión de Bruce con el personaje de la chica que conoció de joven. Se entiende, pero no terminan de vendernos bien el celo con el que emprende su búsqueda o, ya puestos, qué tiene que ver el villano que sale con todo esto (ni el del principio ni el del final, pero habrá que esperar a leer más). Así pues, normalillo, genérico y correcto cuando mejor. Obviamente, aún hay que ver por dónde sale la historia, pero por mucho que al final sea una historia que le pegue al personaje, sigue habiendo cosas que no dejan de ser genéricas y otras que, simplemente, no tienen demasiado sentido o no se explican bien.


El dibujo de Finch ya lo conocía, así que no me esperaba sorpresas. Quiero decir que guiones suyos no había leído (porque creo que no había hecho, a parte), me lo esperaba muy malo y al final es algo normalucho, pero igual que lo que Daniel puede dar en su colección. Como digo, el dibujo ya lo conocía, pero en este número me sorprende que aunque sigue con sus cosas de siempre (los pliegues, las caras de gente normal y su amor por los dientes le pierden a este hombre :P), el dibujo no está tan mal como esperaba. No sé si es que pega mejor en esta colección que en la de Los Vengadores, que seguramente, pero en general capta bien los elementos y la narración no es terrible, supongo que en parte ayudada porque él se lo guisa y se lo come.

Así pues, en resumen: un número que sabe a poco. Si os interesa el autor y aventuras más convencionales del personaje, yo aconsejo que esperéis al tomo, porque como tal, este primer número sabe a poco aunque, eso sí, el dibujo es algo mejor de lo que esperaba, pero no justifica la lectura de este cómic.

viernes, 7 de enero de 2011

Lobezno: Deuda de sangre, de Steve Skroce

Hace 10 años los mutantes tuvieron su ración habitual de relanzamiento. En aquella ocasión fue un movimiento llamado "Revolution" que, si bien no fue tal, simplemente presentaba cambios en los equipos creativos, cambios que, por cierto, fueron de lo más efímero y fallido: Claremont volvió a las colecciones madre tras el arco que Alan Davis había desarrollado trayendo de vuelta a Apocalipsis y duró 10 números en cada (con una historia que para mí fue de lo más olvidable y mal pensado que he leído en mi vida) una antes de dejar a Lodbell conseguir que en un par de números todo el mundo se diera cuenta del mal que podía llegar a hacer si se le dejaba (Vísperas de destrucción, la muerte de Coloso...); por otro lado, en Lobezno, Steve Skroce tomaba los mandos con el guión y el dibujo, durando sólo un arco argumental, el que nos ocupa, sucediendo a Erik Larsen y precediendo a Liefield. ¿Es la breve historia de Skroce un filete de ternera en este bocadillo de noventeros imaginautas, choped normalucho o es simplemente fiambre del malo?

El autor canadiense (apropiado entonces que se encargue del enano norteño) desarrolla en estos cuatro números una historia más de Lobezno en Japón, que se suelen repetir cada cierto tiempo, con acontecimientos más o menos importantes. En este caso, Skroce recoge varios temas y personajes tocados en anteriores cómics como Mariko, Yukio, el Samurai de Plata, las guerras de bandas, etc.; y también introduce algunas cosas de su cosecha mientras trata de conciliar, aunque sólo sea con breves menciones, lo que le había ocurrido al personaje durante la saga de Los Doce (donde se había convertido en el jinete Muerte y había recuperado el adamantium).

La verdad es que se me plantean varias dudas leyendo este tomo que Panini ha publicado en su línea Marvel Deluxe, y la más importante es, ¿por qué? ¿Por qué recopilar este arco en un tomo y cobrar 15€ por él? Tendrá tapa dura y lo queráis, pero son 4 números, es decir a casi 4€ el cómic, y no valen eso. Tanto los cómics individualmente como la historia en conjunto que os comento aquí, es una historia que no se lee mal, que es fácil de leer incluso (pese a un par de tonterías), pero que está muy lejos de lo que son las mejores historias del personaje, incluso de las mejores historias del personaje en Japón. Si bien es cierto que es una historia que para los que no habían leído mucho del personaje o no habían leído nada de las historias del personaje en el país del sol naciente, resulta competente incorporando elementos clásicos y característicos de la colección: algo de lo que me quejo muchas veces es cuando las historias son genéricas y podrían ser de cualquier personaje y ése, pese a ciertos tópicos y generalidades, no es el caso aquí, porque es una historia de Lobezno y eso está bien. Pero ahí casi se acaban las cosas buenas que decir de un guión bastante predecible y lleno de giros bastante artificiales que se conforma con poco más que llevarnos de una escena de acción a otra. Dicho eso, que es la razón por la que no tiene sentido recordarlo o recopilarlo, sigue siendo un producto mejor que otros muchos que se hacen con el personaje, que conste.

El dibujo del propio Skroce está también lleno de luces y sombras. No es desagradable y tiene momentos muy buenos, incluso espectaculares, pero tiene momentos en que peca de inconsistente, especialmente en los rostros, algunas lagunas narrativas y ciertas posturitas. Sin embargo, una vez más, el dibujo no molesta y cumple, especialmente con el protagonista, a quien le pega, no tanto al resto.

Por lo tanto, este tomo, como podéis imaginar, no creo que tenga razón de ser: es un arco de 4 números correcto, sin duda, con muchos fallos, pero que también tiene sus aciertos y se deja leer con facilidad, tanta que cuando te lo terminas en unos minutos, te preguntas dónde están ahora esos 15€ de una colección que se supone recopiladora de material "Deluxe". No lo encontrarán aquí, pero si lo ven en una biblioteca o en casa de un amigo, léanlo, no les llevará mucho, y quítense la cosita, si es que tenían curiosidad.

lunes, 3 de enero de 2011

Cat Getting Out of a Bag and Other Observations, de Jeffrey Brown

[He leído este cómic gracias a una persona que aprecio mucho, que es muy gatuna, y que se tomó la molestia de conseguirlo para mí, aunque tuviera sus motivos subyacentes (XD). Una vez dicho éso, si os gustan los gatos o tenéis uno (no sé si tiene mucho sentido...), os va a gustar este libro, así que aconsejo que lo compréis o regaléis. La versión en castellano que ha editado en España La Cúpula, Gato saliendo de una bolsa y otras observaciones, va por su tercera edición pero no entiendo cómo puede valer 15€ si en Amazon.co.uk, vale 6,49£, que es como 7,5€, un poco más. Así que si leéis en inglés, casi que id por ese lado. No creo que los costes de traducción sean tan elevados (sorry traductores :P).]

Cat Getting Out of a Bag... es simple y llanamente un cómic costumbrista, observacional, encargado de captar momentos, instantes, movimientos, actitudes y peculiaridades de un gato, Misty. En la portada poner, "A Cat Book" ("Un libro de gatos" en la versión española, que creo que no es lo mismo... pero igual es algo mío), y no es por nada, pero es una advertencia de que este libro es para "A Cat Person" (es decir, una persona a la que le gustan los gatos, simplificando, porque creo que también es algo más) y está escrito por una. Lo que quiero decir es que es un libro que se detiene a contarnos no lo maravillosos que son los gatos (indirectamente, algo, sí), sino que se detiene a contarnos cómo son los gatos, qué los hace especiales y porqué un gato no tiene que ver con otros animales domésticos. En definitiva, se trata de una carta que escribe el autor a la gente para contarles cómo son los gatos y porqué le fascinan.

De hecho, el libro es tan realista (o por lo menos yo así lo percibo y quien me lo ha proporcionado lo confirma) que alguien que no tenga la mente abierta hacia el Felis silvestris catus (:P), después de leer este libro lo que encontrará será que los gatos son, en muchas cosas, lo que pensaba antes que eran y que lo que aquí ha visto no le ha hecho cambiar mucho o nada de opinión. Pero creo que no es eso lo que pretende el libro. Yo nunca he sido una persona a la que le atrajeran los gatos y, sin embargo, cada día que pasa en las últimas semanas me siento más "A Cat Person", no por este cómic, pero sin duda ayuda a saber más sobre la personalidad de estos animales domésticos tan peculiares y cuáles son sus obsesiones (porque a veces son verdaderas obsesiones, y obviamente este cómic es sobre un gato en concreto a la vez que un poco sobre todos, supongo).

El dibujo del cómic no es espectacular ni especialmente realista (quitando las ilustraciones que aparecen de vez en cuando), sino que es caricaturesco y simplista pero en favor de que la acciones y sensaciones que se describen a penas necesitan en todo el libro de 10 ó 12 frases: con observar a Misty nos es suficiente para saber qué está pasando y qué nos intenta transmitir el autor. En resumen, simple pero claro, caricaturesco pero preciso cuando ha de serlo, lo cual hace que pueda ser a la vez algo divertido y realista sin ser serio.

Como digo, éste es un libro que debéis regalar a cualquier persona que queráis y que tenga y adore a los gatos, porque es una carta de amor a sus rarezas y peculiaridades, a sus maldades y bondades, siempre desde el punto de vista de una persona que sabe de qué habla y que disfruta de estos animales de compañía, a pesar de ciertas cosas y por otras tantas. Ah, hay una segunda parte de este cómic llamada Cats Are Weird: And More Observations, que creo que aún no ha salido en España pero lo tenéis por ahí en eso. Así que, si os gustan los gatos, este cómic es para vosotros, porque celebra todo lo que les hace especiales. Si no os gustan o queréis saber más sobre esos animales, casi mejor mirad primero antes de comprarlo, porque a alguno le puede parecer algo que termina demasiado rápido (aunque tenga 116 páginas) y que no le toca ninguna fibra.